Trauma psicológico: cuando el pasado sigue presente

Imagina que tienes una herida en la piel. Si no se cura bien, cada vez que alguien la roza, duele como si estuviera recién hecha. Algo parecido ocurre con el trauma psicológico: es una herida emocional que, aunque pertenezca al pasado, sigue doliendo en el presente y afecta la forma en que vivimos.

¿Qué es el trauma psicológico?

El trauma ocurre cuando vivimos una experiencia abrumadora que sobrepasa nuestra capacidad de afrontamiento. Puede ser algo evidente, como un accidente, una pérdida o un abuso, pero también puede originarse en situaciones menos visibles, como una infancia llena de críticas o el sentimiento de abandono. Lo que define un trauma no es solo el evento en sí, sino cómo nos afecta internamente.

Nuestra mente y nuestro cuerpo están diseñados para procesar las experiencias de forma natural, pero cuando algo nos sobrepasa, esa información puede quedar «atascada», como un archivo corrupto que el cerebro no consigue procesar del todo. En lugar de convertirse en un recuerdo del pasado, el trauma se queda atrapado y sigue activando las mismas emociones y sensaciones como si estuviera ocurriendo de nuevo.

¿Cómo se manifiesta el trauma?

El trauma no siempre se presenta como un recuerdo claro de lo sucedido. A veces, se manifiesta en formas más sutiles y cotidianas:

  • Reacciones emocionales intensas → Sentir miedo, angustia o ira de forma desproporcionada ante ciertas situaciones.
  • Sensación de estar atrapado en el pasado → Recuerdos intrusivos, pesadillas o la sensación de revivir la experiencia una y otra vez.
  • Evitar ciertas situaciones → Inconscientemente evitamos lugares, personas o conversaciones que nos recuerdan lo vivido.
  • Síntomas físicos inexplicables → Fatiga, tensión muscular, dolores de cabeza o problemas digestivos sin una causa médica clara.
  • Dificultades en las relaciones → Problemas de confianza, miedo al abandono o dificultad para poner límites.

En muchos casos, las personas ni siquiera son conscientes de que su malestar actual tiene raíces en un trauma pasado. Solo sienten que algo «no está bien» y que ciertas emociones o reacciones parecen exageradas o fuera de su control.

¿Se puede sanar el trauma?

Sí, el trauma se puede sanar. Así como una herida física necesita cuidados para cicatrizar correctamente, el trauma psicológico también requiere un proceso de sanación. Algunas claves para ello son:

  • Comprender lo que ocurre: Saber que lo que sentimos tiene una explicación nos ayuda a dejar de culparnos y empezar a trabajar en ello.
  • Explorar el pasado con seguridad: No se trata de revivir el dolor, sino de entenderlo y procesarlo con herramientas adecuadas.
  • Reconectar con el presente: Técnicas como la respiración, el mindfulness o el anclaje sensorial ayudan a que nuestro sistema nervioso salga del estado de alerta constante.
  • Buscar apoyo profesional: La terapia, especialmente enfoques como EMDR, permite que el cerebro procese el trauma y lo integre como un recuerdo del pasado, en lugar de una amenaza del presente.

Sanar un trauma no significa olvidar lo que pasó, sino aprender a vivir sin que el pasado controle nuestra vida. Es un proceso que requiere tiempo, pero cada paso hacia adelante es un avance hacia el bienestar.

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